"LOS CIENTÍFICOS TENEMOS QUE ESTAR ACOSTUMBRADOS A LA INESTABILIDAD, EN TIEMPOS Y EN LUGARES, PERO CREO QUE LO QUE HACEMOS MERECE LA PENA" JAVIER BURGOS. Director científico de Neuron BioPharma.
Luz Rodríguez/ Ciencia en Granada Para Javier Burgos (Puerto de Sagunto, Valencia. 1971) su vocación científica es innata. Ya desde pequeño le gustaba coleccionar fósiles y minerales y salir al campo a buscar dinosaurios. Atraído por la astronomía, a los doce años se compró un telescopio. En segundo de BUP le desaconsejaron estudiar ciencias. Cree que hubiera sido un buen escritor pero la biología se cruzó en su camino. Uno de sus sueños por aquellos años de instituto, era ser biólogo y enrolarse en el Rainbow Warrior de Greenpeace. En COU descubrió la bioquímica y le atrapó. Finalmente, se licenció en Ciencias Biológicas por la Universidad de Valencia, especialidad en Bioquímica, y se doctoró en Biología Molecular por la Universidad Autónoma de Madrid. La ciencia le trajo a Granada, donde en 2006 participó en la creación de una de las empresas españolas punteras en el campo de la biotecnológia, Neuron Bioubicada en el Parque Tecnológico de la Salud y a la que sigue vinculado como director científico de su división Neuron BioPharma. En esta entrevista concedida a "Ciencia en Granada", cuenta que entre sus retos está "seguir apasionándome cada día por la ciencia, levantarme todas las mañanas con ganas de llegar al laboratorio". Actualmente está embarcado en una gran aventura: comprender los mecanismos subyacentes de las enfermedades del cerebro. De la mano de este investigador inquieto, conocemos más a fondo la empresa granadina Neuron Bioy nos acercamos a las aplicaciones de la biotecnología en el campo farmacéutico, en un año, 2014, designado como Año de la Biotecnología en España.
- ¿Qué va a suponer para el sector que el 2014 haya sido designado como año de la biotecnología española?
Me parece muy importante porque una de las cosas que hay que hacer de cara a la sociedad es comunicar. No se puede valorar aquello que no se conoce. La biotecnología es un área que ahora mismo está en pleno auge, no sólo en España, sino también en el resto del mundo. Nosotros los científicos tenemos que aprovechar esta oportunidad para explicar para qué sirve la biotecnología y qué problemas soluciona en el día a día.
- ¿Cuál ha sido la evolución del sector en los últimos años?
Neuron empezó en el año 2006. En aquella época, la biotecnología, no estaba en pañales pero, digamos que, en España, estaba casi en etapa infantil. Ahora estamos más próximos a la adolescencia. Ha habido un boom de empresas. Se nota muy claramente en el BioSpain, que es la feria de tecnología que se celebra cada dos años. Ahora cuando vas a BioSpain te recuerda a las ferias americanas. Ya hay un volumen de participación, tanto de grupos académicos como de empresas biotecnológicas, que empieza a ser respetable. Se está convirtiendo en la feria, probablemente, más importante del sur de Europa de biotecnología y eso te da un poco el pulso de cual es la situación de la biotecnología en nuestro país. Otra cuestión importante que se ha hecho, en los últimos años, es tender puentes entre los centros públicos y las empresas. Al final, si tu sumas esfuerzos y conocimientos, el sistema se fortalece. Creo que estamos en un buen momento a pesar de la crisis.
- En los informes de la Asociación Española de Bioempresas (ASEBIO) se resalta el crecimiento del sector en los últimos años (*) a pesar de la crisis en la que estamos inmersos.
Creo, igual es un atrevimiento, que es porque los ritmos de generación de productos de la biotecnología son largos. Esta crisis la vamos a empezar a notar, ojalá que no, dentro de unos pocos años. No es una aplicación inmediata. Ahora están saliendo los productos que se están desarrollando desde hace cinco o diez años. Yo creo que todavía estamos a tiempo de buscar las herramientas y que se fomente la biotecnología.
- ¿Cuáles son las aportaciones de la biotecnología en el campo farmacéutico?
Muchos productos vienen del campo de la biotecnología, por ejemplo los antibióticos. Se utilizan desde hace décadas y son productos, al final, biotecnológicos. Está la producción clásica y luego la producción que utiliza la biología molecular, que es más reciente. La biotecnología se está utilizando en todos los campos terapéuticos tanto para el diseño de productos farmacéuticos como para el diseño de herramientas.
- En el caso de Neuron, ¿cuáles son sus aportaciones?
Neuron tiene dos grandes proyectos que en poco tiempo se convertirán en dos empresas independientes. Uno es la búsqueda de compuestos neuroprotectores, compuestos que impidan que se mueran las neuronas. Por otra parte, tenemos una línea que hemos desarrollado, en los últimos tres años, de diagnóstico temprano de la enfermedad de Alzheimer. Estos dos grandes proyectos responden a una estrategia que se está utilizando en los últimos años en las empresas farmacéuticas, las "bigpharmas" que trabajan en la enfermedad de Alzheimer.
- ¿Cuál es esa estrategia?
Desgraciadamente, no hay un buen diagnóstico de la enfermedad hasta que debuta sintomáticamente. No existen esos marcadores. El marcador es muy necesario para evaluar si el fármaco funciona y sólo lo vas a poder parametrizar si tienes un buen biomarcador. Una cosa necesita la otra. Y en esa estrategia estamos trabajando también nosotros.
- ¿En qué fase de la investigación se encuentran actualmente los proyectos?
En el estudio de los fármacos neuroprotectores, tenemos uno que ha acabado, prácticamente, la fase preclínica regulatoria que es la fase de seguridad en animales, previa a la entrada de fases clínicas, y estamos en disposición de empezar la fase uno en humanos con este primer compuesto. Aparte hay una familia de moléculas que tenemos protegida por patente. En neuroprotección tenemos otro compuesto que hemos aislados e identificado de origen microbiano y que va a empezar las pruebas de eficacia en animales este año.
- Otro aspecto en el que investiga Neuron es en los estadios previos a la enfermedad, la parte de diagnóstico.
Hemos hecho varios proyectos. Lo que nos interesa en este campo es ir a las etapas más tempranas de la enfermedad de Alzheimer. y saber cual de esos individuos es susceptible de sufrir la enfermedad años después. Vamos a trabajar esta etapa previa, es lo que se llama el deterioro cognitivo leve o ligero. Estamos buscando marcadores que pretendan discriminar entre el deterioro cognitivo leve y los enfermos de Alzheimer.
- ¿Cómo se lleva a cabo esta tarea?
Lo hacemos buscando marcadores en fluidos no invasivos. Ahora mismo los fluidos que se utilizan para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer es líquido cefalorraquídeo para lo cual ya hay que hacer punciones lumbares a los pacientes cosa que es dolorosa e invasiva y ahora mismo hay un campo caliente en la búsqueda de marcadores en saliva, en sangre, en fluidos que no sean invasivos. Y aparte estamos utilizando en esto una estrategia de búsqueda de muchos marcadores a la vez. No buscar solamente los marcadores de neurodegeneración más clásicos sino hacer una apuesta más grande. Fruto de esto hemos analizado más de 700 individuos de diferentes cohortes, de Madrid, Granada, en diferentes hospitales y ya tenemos identificados un grupo de marcadores que nos va a permitir discriminar entre el deterioro cognitivo y la enfermedad de Alzheimer. Ahora estamos empezando otros proyectos para hacer la confirmación de esos marcadores. Esa es nuestra línea de trabajo. La idea de la compañía es poner remedio antes de que las neuronas se mueran.
- Se tardará tiempo hasta conseguir estos objetivos...
En el caso farmacéutico, el desarrollo de fármacos, aparte de costar mucho dinero, cuesta unos diez años, desde las primeras fases del descubrimiento, desde que identificas el principio activo hasta que los puedes poner en el mercado, si lo consigues, que es complicado. Los tiempos son unos diez años. Los sistemas de diagnósticos son más cortos, en cuatro o cinco años puedes tener una herramienta diagnóstica.
GRANADA Y LA BIOTECNOLOGÍA
- ¿Granada es una buena apuesta para el campo de la biotecnología?
Para el campo de la biotecnología y de la salud en general es un sitio idóneo. El Parque Tecnológico de la Salud (PTS) va a aglutinar todos los actores necesarios para hacer unos desarrollos punteros en el mundo. Aquí vamos a tener el hospital, empresas farmacéuticas en diferentes modalidades, como Merck, Rovi, Pfizer, también empresas que hemos nacido y hemos crecido aquí, nos hemos hecho mayores aquí, como nosotros. Tienes centros de investigación del Consejo, la universidad, aquí está todo lo que necesitas para hacer buenos desarrollos de productos biofarmacéuticos. El problema, evidentemente, con el que nos enfrentamos es la financiación. Es un buen sitio si acompaña la financiación para hacer los desarrollos oportunos.
- El caso de Neuron, una empresa local que ha crecido hasta convertirse en un referente nacional con ideas de expansión internacional...
Cuando nos constituimos, el plan de negocio se hizo en el año 2005, ya lo hicimos como sociedad anónima con una hoja de ruta en la que pretendíamos ser una empresa grande. Esas eran las aspiraciones que teníamos, además porque no te queda más remedio porque al final estamos en un mercado globalizado, es decir, tu puedes dar los mismo servicios en Armilla que en Houston, que en Singapur...la internacionalización y la biotecnología van unidas.
- ¿Cómo fueron los inicios?
Neuron es una historia bonita porque empezamos en el BIC. La verdad es que nos trataron muy bien desde el principio. Empezamos tres personas en el año 2006, con tres mesas, tres sillas, tres teléfonos y tres ordenadores. Nada era nuestro. Ahora mismo entre lo que es el grupo Neuron Bio, somos más de 50 personas. Durante estos años de profunda crisis pues hemos conseguido convencer a muchos inversores en este proyecto, cosa que es muy importante. Un hito importante para nosotros fue que en julio de 2010, salimos a bolsa, como la primera biotecnológica en salir a bolsa y en cotizar continuo en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) que es en el que estamos.
- ¿Y Cómo se presenta el futuro?
Parece bonito. Tenemos desde principios del año pasado un laboratorio en Madrid que nos ha servido también como puente con Europa y EE.UU. porque es un sitio, desgraciadamente, más accesible que Granada y además, hay un clúster muy importante biotecnológico en Madrid. Nuestro futuro, evidentemente, es la internacionalización de los servicios y probablemente, tener alguna oficina fuera y luego también un caso también paradigmático es el edificio. Es un hito muy importante para nosotros porque ahí nos va a dar primero la imagen y la visibilidad que queremos de la empresa.
EL CUBO DE LAS IDEAS
- ¿Qué va a suponer el nuevo edificio para la empresa?
Vamos a poder dimensionarnos convenientemente. Vamos a poder hacer que nuestros clientes, socios, colaboradores estén en un entorno de primer nivel. Pretendemos además que sea un hervidero de ideas, de hecho, lo estamos llamando el Cubo de las Ideas, nos ha gustado ese nombre porque refleja un poco lo que es la filosofía de Neuron. Nunca hemos sido una empresa hermética, todo lo contrario, aquí vienen todo tipo de gente, inversores, colegios, investigadores, bancos, de todo. Queremos que la gente venga y queremos que el edificio del Cubo de las Ideas se convierta, en eso, que ocurran cosas, que surjan ideas, generar conocimiento.
- Y en relación al día a día del trabajo de los investigadores, ¿de qué servicios van a disponer?
En cuanto a I+D vamos a tener un animalario de roedores, bastante grande, con capacidad para unos 15.000 ejemplares, con salas de imagen, salas de comportamiento, un laboratorio de bioseguridad P2 para poder trabajar con agentes infecciosos humanos. Pretendemos tener las mayores certificaciones en ese animalario, las que utilizan las farmacéuticas internacionales para ser un sitio de referencia en experimentación animal en roedores. También tenemos un animalario de pez cebra (*) bastante importante. El pez cebra es un modelo que nos gustó mucho desde el principio. En Neuron hemos sido también bastante pioneros en el uso de este modelo y vamos a tener unas instalaciones muy adecuadas para seguir trabajando en el nuevo edificio. El tema del pez cebra ha suscitado mucho interés por ejemplo en la industria alimentaria, para hacer sus evaluaciones y sus desarrollos. Es un modelo suficientemente próximo al humano como para que tenga valor y suficientemente pequeño para que sea barato, con lo cual las industrias de la alimentación que no son como las farmacéuticas, gastan menos en I+D este modelo le es muy adecuado. Vamos a tener una sala blanca de cultivos celulares con una zona con un P2 también para agentes infecciosos, una planta piloto, en fin, laboratorios de primer nivel.
- Ha comentado que el edificio va a ser un lugar de encuentro...
Tenemos una sala multiusos en el edificio que pretendemos que sirva para que la gente esté entrando y saliendo continuamente del edificio, allí pretendemos hacer de todo, charlas científicas, reuniones de todo tipo, actividades de asociaciones de familiares de enfermedades neurodegenerativas (Alzheimer, Parkinson...). Va a haber mucho movimiento en responsabilidad social corporativa. Tienen que estar ocurriendo cosas todos los días.
- El edificio de Neuron va a ser uno de los más reconocible dentro del PTS por un diseño muy original ¿Cómo combinan la arquitectura con la actividad científica?
Nosotros pretendíamos que fuese un edificio muy funcional. Está concebido desde el principio así. El arquitecto Antonio Cayuelas ha sabido captar muy bien la idea. Ha sido muy flexible, él y su equipo, para acomodar nuestras necesidades: laboratorios grandes, diáfanos, que se pudiera poner mucho equipamiento, que fueran muy versátiles, que se pudieran reconvertir en pequeños laboratorios si lo necesitas, oficinas, etc. La funcionalidad del edificio en cuanto a flujos de trabajo es concepción nuestra, el diseño, la idea de los cubos, los colores es idea del equipo del arquitecto.
- Llaman la atención los colores del exterior.
Cada color representa una unidad funcional. Los cultivos celulares son azules. La planta piloto es violeta. El amarillo es el biofarmacéutico. El rojo es biotecnología microbiana. Se ve el naranja que es el color corporativo de Neuron. Va a ser reconocible desde fuera. Además, una vez que entras en el edificio, por dentro se continua el color, hace un cubo perfecto. Las paredes están pintadas para que se cierre el cubo que se ve por fuera. La verdad es que la idea es muy bonita. Estamos muy contentos con el edificio y tenemos unas ganas tremendas de irnos.
- El futuro se muestra interesante
En este trabajo no te queda más remedio. A nosotros, los investigadores, los científicos, en eso tenemos una pasta especial, nos ilusionan mucho nuestros proyectos. Nos enamoramos de nuestros proyectos, que pueden ser una proteína o un edificio. Hay que poner mucha ilusión y mucha energía ahora que pintan bastos, ahora que la situación es complicada todavía. Hay que dar una mayor dosis de optimismo y de ilusión, es que no nos queda más remedio, o salimos así o es que no salimos.
UNA CARRERA DE FONDO
- En estos tiempos y ante la situación por la que atraviesa la investigación en España no se ve un panorama muy esperanzador para los jóvenes. Desde su conocimiento del sector ¿qué les diría a aquellos que están a punto de empezar la universidad o que quieren hacer una carrera científica?
Primero, que hay que formarse, cuanto más mejor y de hecho en la época de bonanza que hemos pasado parecía que daba igual tener una alta formación que no, da igual cuando sopla viento a favor, pero cuando vienen los problemas no. A nuestros hijos les tenemos que decir que se eduquen, que se formen y que aprendan idiomas todo lo que puedan y en la medida de lo posible, que salgan fuera y que aprendan. Hay un término que utilizan los políticos que me desagrada mucho: el de jóvenes aventureros. Para nada. Irse es un esfuerzo tremendo y se van los mejores. Aprenden mucho, pero es muy duro. Lo ideal sería que la gente no se fuera de este país o se fuera y pudiera volver trayendo ese conocimiento. No ayuda nada fomentar que la gente se vaya e impedirle que luego se vuelva. ¿Qué le diría a los jóvenes? Primero que mantengan el entusiasmo, que son los únicos que pueden cambiar esto; segundo que se formen todo lo que puedan y que si aquí no les dan una oportunidad, que se vayan, desgraciadamente.
- El de la investigación es un campo con mucha inestabilidad...
Nunca está resuelta para los científicos la situación. Al principio es mucho más complicado. El periodo más largo que tienes de estabilidad es la tesis doctoral, que son más o menos cuatro años. Luego con los contractos posdoctorales y luego, la situación de las empresas es muy cambiante. Los científicos tenemos que estar acostumbrados a la inestabilidad, en tiempos y en lugares, pero creo que lo que hacemos merece la pena. Intentamos resolver problemas, intentamos que este mundo sea un poco mejor cada día.
- En su caso, ha desarrollado su carrera científica a través de la empresa privada. ¿Cómo se da el salto de científico a emprendedor? ¿Es una buena opción profesional?
El problema es que nadie nos ha explicado eso. En la carrera tuve una asignatura, inglés científico, sí, fenomenal, pero nunca nadie me ha explicado a mí que es una empresa. Yo lo he aprendido en mi etapa de Neuron. Hay que emprender. No hay que tener miedo. No hay que montar grandes estructuras, lo más importante es el cerebro. Con cerebro y con empuje se pueden montar cosas y se puede vivir dignamente. Neuron es un caso diferente pero aquí, en el BIC, hay gente con muchas ganas, que ha puesto su dinero. Se necesita seguir creando cultura emprendedora.
- ¿Está instaurada en España la figura del mecenas o de los "Business Angels", como en otros países?
Te cuento una anécdota. Cuando estuve en EE.UU. me llamó mucho la atención en el hospital donde estaba trabajando en Los Ángeles, que cualquier esquina del hospital, puerta o habitación tenía un mecenas. Esto también responde a que los investigadores están en continua comunicación con los pacientes, con los familiares, están contando lo que hacen, para que valen y eso es un fallo de los científicos que históricamente nos hemos quedado en los laboratorios. Hay que salir, contar lo que estás haciendo, que te lo valoren o que te lo critiquen, que te reconozcan tanto como para que te den dinero por hacer eso. Hay que hacer buena investigación, transferirla, aplicarla y por supuesto, hay que hacer investigación básica en las universidades porque sin investigación básica, que debe estar subvencionada públicamente, no van a llegar las aplicaciones. Hay que seguir creando cultura y para eso hay que seguir comunicando.
- Para terminar, ¿cuál es su reto como investigador?
Seguir apasionándome cada día por la ciencia, levantarme todas las mañanas con ganas de llegar al laboratorio. Esto de forma general. Particularmente, me apasiona comprender los mecanismos subyacentes de las enfermedades del cerebro. Es tremendamente excitante cuando prevés algo y luego te das cuenta de que tenías razón. Es una sensación maravillosa. Te sientes útil. En Neuron Bio tengo muchos retos individuales, como poder probar nuestro primer fármaco en humanos, o seguir generando riqueza y tejido productivo en este país.