COMO LOS VOLCANES, EL TRÁFICO 0 LA CRISIS INMOBILIARIA INFLUYEN EN LA CALIDAD DEL AIRE
Foto: GFAT
La Comisión Europea ha declarado 2013 como "Año del Aire" con el fin de desarrollar propuestas que mejoren la calidad del aire en Europa. Los investigadores juegan un papel muy importante en esta cuestión ya que son los encargados de analizar, evaluar y determinar qué es lo que respiramos. La Universidad de Granada cuenta con un grupo de expertos en estudiar hasta la mínima partícula de aire presente a nuestro alrededor.
Luz Rodríguez/ Ciencia en Granada Por la azotea del Centro Andaluz de Medio Ambiente hay que
andar con cuidado, mirando al suelo, sorteando los cables y las bases del
variado instrumental de observación, de todos los tamaños, que se distribuye
por su superficie. Escudriñan el cielo granadino, de día y de noche, en
distintas épocas del año. Cenizas de volcanes, partículas de humo procedentes
de incendios de Galicia, de EE.UU. , del Sáhara o datos como que la crisis
inmobiliaria ha favorecido la disminución del polvo en suspensión...Todos
forman parte de los fenómenos detectados, en el aire granadino, por los
investigadores del Grupo de Física de la Atmósfera (GFAT) de la Universidad de
Granada. Estudian los aspectos de la calidad del aire que respiramos, en
definitiva, de nuestra calidad de vida.
Al frente de este grupo de investigación está Lucas Alados Arboledas, Catedrático de Física Aplicada y coordinador del Grupo de Física de la Atmósfera (GFAT). Para el científico la prioridad está
clara "la atmósfera es muy importante y tenemos que prestarle atención, al
fin de cuenta, respiramos en ella pero también es la última capa de la Tierra
hacia el espacio y la encargada de filtrar la radiación que nos viene desde
fuera". Aspectos como la capa de ozono y todo lo que tiene que ver con el
control del tipo de radiación que puede llegar a la superficie de la Tierra o
el papel que juegan las nubes o lo que son las partículas es suspensión. Todo
cuenta. Como explica el profesor Alados es importante estudiar "cómo repartimos la radiación que viene de la
superficie, reducir la que viene directamente del Sol y la que nos viene difusa
desde cualquier dirección. Este tipo de radiación es importante para la planta
que está en la parte baja del bosque. Además, desde un punto de vista
energético, es fundamental para diseñar diferentes tipos de aprovechamiento de
la radiación solar". Destaca la
importancia de investigar el medio atmosférico "porque es la manera que
tenemos de conocer cómo esa atmósfera está regulando la llegada de radiación y
también la salida". Esto está
directamente relacionado con el efecto invernadero ya que el impacto de los
gases de efecto invernadero es que dan problemas a la salida. "El problema
actual es que estamos aumentando el papel del obstáculo de salida de la
radiación hacia el espacio. El prestarle interés a la atmósfera es importante
porque es la parte dinámica de los cambios en las nubes, toda la composición
química de las nubes es fundamental", destaca el investigador.
PARTÍCULAS EN SUSPENSIÓN
El grupo del profesor Alados está especializado en el
estudio del aerosol atmosférico,pequeñas partículas (< 100 m) sólidas o líquidas presentes en suspensión en la atmósfera. "Los cuellos de botella que había con la
radiación solar tenía que ver con las nubes y con el tema de las partículas en
suspensión, con el aerosol atmosférico. Nuestro trabajo es cómo caracterizar
esas partículas en suspensión, el polvo que viene del Sáhara o el que se
levanta con los veranos tan secos que tenemos o la acción del viento, la
contaminación generada por el tráfico. Hemos estado trabajando en Huelva,
también hemos hecho campaña en Portugal y en Italia". Su metodología ha
ido evolucionando "fuimos trabajando el tema de las partículas siguiendo
un poco la intuición de lo que se estaba haciendo en el aquel momento,
aplicando metodología distinta de caracterizar el aerosol, casi siempre
utilizando métodos ópticos, la parte más física del aerosol". Colaboran
con un grupo de Barcelona en el análisis de la composición química del aerosol.
Cuentan con instrumentos ópticos de teledetección. Se recogen muestras de aire.
Se hacen medidas. De modo remoto realizan observaciones del aerosol cerca del
suelo pero también a 5 ó 6 kilómetros y con esos métodos indagan si ese aerosol
es capaz de absorber la radiación solar y qué se produce. En concreto, si se
produce dispersiones de la radiación de un modo más o menos eficiente.
Para este tipo de estudios, Granada tiene unas
características un tanto especiales. Está muy cerca del norte de África, con lo cual es un buen punto de observación del
polvo sahariano que entra en Europa. Por otro lado, estamos en una zona donde
se puede ver los efectos de la contaminación procedente del resto de la
Península y en ocasiones del Norte de Europa. Y también, con una frecuencia
razonable, se detectan algunas entradas de aire que viene del Mediterráneo, que
es un aire que tiene una gran carga de partículas en suspensión, como indica el
investigador, "es una especie de crisol donde el polvo del desierto, la
contaminación, los incendios de las zonas costeras generan una variedad de
partículas importantes. Estamos aquí en una especie de cruce y en ese sentido
es interesante". Pero para este
tipo de estudios lo importante, según Alados, es involucrarse en redes de
seguimiento de datos. A este punto de
toma de medidas se suma otra estación más simple, en Málaga, en cooperación con
la UMA y una estación que se pone temporalmente en Sierra Nevada, en
colaboración con el Parque Nacional y otra en la Isla de Alborán. "La
estación de la Isla de Alborán es curiosa porque evidencia que hay un tráfico
marítimo importante y que la contaminación que pueda venir del norte de África
por todo el tema del desarrollo industrial por refinerías o el tema de
incendios que se produce en nuestras costas, está dando resultados bastantes
curiosos".
Granada es un enclave privilegiado para estudiar cuestiones como la radiación. Sierra Nevada es un
gran observatorio. "La radiación solar llegar a mayor cuantía cuando
subimos en la montaña. Aquí abajo, incluso la propia contaminación en la ciudad
juega un poco a favor haciendo de filtro. En cuanto remontamos un poquito y
subimos a una atmósfera más limpia el efecto de la ultravioleta se incrementa
de forma sustancial". Su equipo estuvo caracterizando hasta que punto
bombeaba la ciudad contaminación, cómo cambian las condiciones cuando tienes
una entrada de polvo sahariano, que entra a 3 a 4 kilómetros y va cayendo
luego. Actualmente cuentan con un punto de observación en el Cerro de los
Pollos, en el Trevenque. Esta ubicación les permite ver todo lo que es la capa de
contaminación de la ciudad, cómo sube y baja en el transcurso del día. Lo hacen
a través de un equipo de observación de forma continua conocido como LIDAR ( Light Detection And Ranging) que hace lo que se denomina un perfil vertical
de la atmósfera . "La caracterización con dos niveles es fundamental, por
ejemplo, para validar la de otros equipos. Estamos utilizando esos algoritmos
que te dan las posibilidad de construir una información detallada del aerosol,
desde un punto de observación por encima de los 1.000 metros. Todos los
instrumentos son buenos pero no son ideales; hay una serie de imitaciones
instrumentales, así que el hecho de tener una estación de medidas casi 1.000
metros por encima es genial".
AIRE QUE VIENE Y QUE VA
Las corrientes de aire, al igual que las corrientes marinas,
recorren el planeta y tienen sus propias rutas. "Por ejemplo los incendios
tan salvajes que hay en verano en la parte del norte de Rusia, por el modo en que
circula la masa de aire no nos llegan aquí fácilmente. Nosotros los que nos
viene muchas veces son los incendios que se producen en EE.UU. en latitudes por encima o en orden de las
nuestras. El polvo sahariano entra en el Atlántico hacia Canarias y luego
viene hacia acá". El científico destaca un ejemplo curioso "en una
ocasión, en una campaña que estábamos haciendo en Calar Alto, llevamos allí un instrumento para calibrarlo.
Cuando empezamos analizar los datos salió una cosa extrañísima, una señal
excesivamente alta. Miramos todo lo que había y lo único que vimos es que se
había producido un incendio en Galicia pero que los modelos decían que se
estaban produciendo una serie de flujos del norte que entraba relativamente
bien en Huelva, de hecho uno colegas de allí lo estuvieron caracterizando,
porque lo llegaron a detectar y les llegó a afectar a nivel de superficie. Nosotros
lo veíamos, estuvimos repasando, vimos lo que estaba sucediendo en Granada y lo
que vimos fue que, aunque realmente los modelos no daban opción, nosotros, en
una atmósfera que era bastante limpia, se llegó a captar. Todos los indicios
indicaban que eran partículas de humo".
Con los datos obtenidos se puede hacer un análisis bastante
exhaustivo del comportamiento del aire granadino. "El ciclo anual,
curiosamente, el aire con más partículas cerca del suelo se da más en invierno que en
verano, sobre todo debido a que el volumen de atmósfera en que se reparten esas
partículas está mucho más restringido, la altura de lo que se llama la capa de
mezcla es mucho más baja en invierno". Hay momentos en el que el aire está
muy atrapado cerca del suelo y entonces la contaminación puede crecer de modo
importante, a lo que se suma las condiciones anticiclónicas y las inversiones
nocturnas que también juegan su papel. El profesor Alados destaca un dato sorprendente "a partir del análisis de medidas que empieza en el 2006, cuando
empezó la crisis, empezó a notarse una mejora en las condiciones del aire, en
un momento dado, ha sido, por supuesto el tráfico, porque estaba correlacionado
con el exceso en el consumo de combustible, pero también, creo yo, el hecho de
que se ha detenido toda la actividad de obra. Menos maquinaria, pero no todo es
eso, sino también la demolición, el polvo que levanta, también se ha notado".
Otro aspecto a destacar es el tráfico, "se muestrea con cierta
periodicidad en filtros que luego se llevan al laboratorio para analizar la
composición química de las partículas, pues aquí tenemos clara señal de que
tenemos un tráfico de mucho vehículo diesel porque el hollín es una parte
importante del aerosol, de las partículas en suspensión que tenemos. Lo que
realmente hemos tenido es un cambio de costumbre, el tema de reducción del
tráfico se ha notado de un modo palpable en las características del aire que
respiramos".
EVALUANDO LOS DATOS
Las medidas no se llevan a cabo todos los días. El
funcionamiento y la recogida de datos está orientada a los proyectos de
investigación. No son operacionales. Los datos cambian cada día, si ha llovido
y se ha limpiado la atmósfera, si es domingo se ve la cosa más tranquila. Los
picos de tráfico son muy manifiesto durante la semana. "Esto sí que lo
utilizamos para investigación e intentamos tenerlos un poco accesible. Los
equipos a nivel de la ciudad, del aire que respiramos, son equipos que están
mostrando a nivel de la terraza no a nivel de la calle. Estos ciclos claramente
diarios, los picos de tráfico se nota. Los días entre semana de trabajo los
picos de tráfico son evidentes, los fines de semana se ve como se suele
desplazar a las noches. Es curioso el día de Noche Vieja, suele ser un día
extraño en las medidas", apunta el catedrático.
La importancia de la información que se recoge con estos
aparatos es trascendental por ejemplo en el campo de la radiación solar,
"en el tema de las energías renovables interesa mucho optimizar el
rendimiento de la concentración, es importante saber la calidad de la radiación
que llega, si esa radiación directa va a tener algún tipo de fluctuación porque
tengas nubes. También si cuando tengamos un evento de polvo sahariano, se reduzca la disponibilidad de energía. Vemos
también, el mapa de temperatura y contenido de humedad. Esto lo estamos utilizando
para hacer estudios para conocer en que condiciones están las partículas que
observar el LIDAR, saber si las partículas están capturando agua y si están
creciendo a costa suya. Esto es fundamental porque alguna de esas partículas
son la génesis de las gotas de lluvia.
Hay aparatos por todas partes. Hay equipos que miden la
capacidad que tienen las partículas de dispersar la luz, lo que permite
cuantificar si tenemos muchas partículas y si éstas son más eficientes desviándola, en
una longitud de ondas o en otras, de ahí sacan información de su tamaño. El
profesor Alados me muestra toda este equipamiento, complacido destaca un caso
en concreto para ilustrar lo que estos equipos son capaces de medir desde
Granada. "Hace un par de año cuando hubo el problema con el volcán islandés,
aquí no llegaron cenizas, lo que llegó más fue la parte de emisión de gases de
azufre, esas partículas de azufre emitidas por el volcán, sí que las pudimos
medir, hay varios trabajos publicados en ese sentido. En ese momento funcionó
bastante bien la red de equipos LIDAR que está distribuida por
toda Europa. En la que nosotros estamos involucrados de forma directa es la red
europea amparado por el paraguas de la Organización meteorológica mundial y
esta red europea se coordinó bastante bien para ver cómo se movieron las
cenizas desde el punto de vista desde estaciones puntuales. Precisamente, los
alemanes para desgracia suya porque tuvieron un problema enorme con el tráfico
aéreo les llegó las partes más fuerte de
cenizas y pudieron hacer una caracterización de esa parte. Nosotros
tuvimos una mezcla donde dominaba, más bien, la parte de partículas producidas
por las reacciones de ese dióxido de azufre.
Aparte de este equipo hay otros que pertenecen a una
red coordinada por la NASA, en este caso son fotómetros, radiómetros que lo que
hacen es medir radiación solar de una manera particular. "Toda la
participación en esta redes es fundamental porque nos da juego para cruzar
información con otros eventos como puede ser la entrada de polvo sahariano o el
efecto de incendios que puedan producirse en el norte de África y el norte de la Península Ibérica y puedan
afectar a regiones extensas. Básicamente permite intercambiar datos y
conocimientos. La gente aquí se mueve acudiendo a las reuniones que se
organizan, a cursos de formación, se
está al día". Actualmente están en un proyecto el que se están utilizando las estaciones en superficie para
validar datos que se miden desde satélite con el que se puede caracterizar las
nubes, la cubierta de aerosol, se pueden seguir los penachos de polvo que salen
del norte de África que entran en el Atlántico y a veces que vienen hasta Europa
y el seguimiento incendios y de volcanes. Entonces se validan desde tierra.
"También estamos en un proyecto europeo desde hace casi
dos años. Combinamos las medidas de los equipos LIDARcon los fotómetros de la
red de la NASA para poder, con medidas remotas, indagar detalles, propiedades
de tipo físico, microfísica, de las partículas. Ver si son partículas más o
menos absorbentes, si tienen un tamaño u otro, incluso indagar sobre el tema de
la forma. Ahora mismo parece ser que ya empieza a haber algo que puede indagar
sobre el polvo mineral, son partículas más grandes de forma más regulares,
ahora mismo hay nuevos programas y estamos trabajando dentro de estos proyectos
proporcionando datos y haciendo chequeo
de ese tipo de herramientas".
Gracias a las nuevas tecnologías los interesados en este campo pueden consultar, en la web del GFAT , datos meteorológico a tiempo real, ver el cielo de Granada a través de la cámara de nubeso la concentración de partículas en el aire granadino (Quicklooks).
Imagen de algunos de los instrumentos para captación de datos ubicados en Granada. Fotos: GFAT